Los Denver Broncos estaban en la búsqueda del siguiente ídolo en la posición de running back tras el retiro del legendario Terrell Davis, y parecía que lo habían encontrado cuando en el Draft de 2002 seleccionaron en la segunda ronda, posición 51 global, a Clinton Portis.
Este jugador de inmediato hizo clic con la afición de Denver gracias sus actuaciones, y no era para menos. En sus primeros dos años de carrera, Portis consiguió al menos 1 500 yardas y 29 anotaciones por tierra, siendo llamado al Pro Bowl en 2003. Aquel número 26 en su jersey apuntaba a dejar huella por largo tiempo en la liga.
Sin embargo, a inicios de 2004 se cocinaba un movimiento que sorprendería a toda la liga: un cambio de jugadores en el que Denver y Washington estaban involucrados. Clinton Portis fue cambiado por el cornerback Champ Bailey y una selección de segunda ronda del Draft de 2004. ¿Un jugador ofensivo en una posición premium con un inicio de carrera soñado, por otro bastante bueno, pero en una posición que ten aquel entonces no era tan valorada como hoy en día? Los Broncos parecían estar en el lado menos favorable de la operación.
¿Cómo pasó este cambio?
Primero hay que decir que los trades de jugador por jugador nunca han sido comunes en la NFL. Y lo que más sorprendió fue que ambos equipos estaban obteniendo buenos resultados de estos jugadores. No obstante, los que tomaban las decisiones en los Broncos en aquel entonces, Ted Sundquist y Mike Shanahan, vieron más allá del panorama inmediato.
Shanahan buscaba un corredor que pudiera acarrear el balón pasando encima de los defensivos, y Portis no lo hacía: sus principales características eran la elusividad y velocidad que le permitían darle la vuelta a los defensivos, lo cual, por supuesto, no estaba nada mal a la luz de los resultados, pero simplemente no era el estilo de la ofensiva de este entrenador en jefe,
Entonces, con la posibilidad de conseguir un talento generacional como el de Bailey, en una de las posiciones más complicadas de jugar en el football, y con tan solo 25 años de edad, parecía darle una mejor perspectiva a la decisión. Además, Washington exhibía problemas para ofrcer un aumento en el siguiente contrato de Bailey y Shanahan sabía que, de cualquier modo, Portis también demandaría más dinero pronto.
De este modo, los astros se alinearon para llegar al acuerdo, aunque debemos mencionar que fue especialmente la selección extra que recibieron los Broncos fue lo que los hizo los ganadores plenos del cambio. Con ella seleccionaron al running back de Oklahoma State Tatum Bell, así que fue un cambio bueno para Denver.
¿Qué significaba Champ Bailey en ese momento?
Este esquinero llegó a la liga en 1999 por la vía Draft a la capital estadounidense, seleccionado en la posición 7 global. Era uno de los mejores prospectos de aquel año de la Universidad de Georgia y comenzó a aprender nada más y nada menos que de Darrell Green, y después de Deion Sanders.
De 1999 a 2003, Bailey jugó en 80 partidos, en los cuales consiguió interceptar el balón en 18 ocasiones, desviar 81 pases y anotando un touchdown después de una intercepción. De esos cinco años en Washington sería llamado al Pro Bowl en cuatro temporadas.
Claramente, el talento de este jugador era algo que pocos podían ignorar si es que estaba disponible y justo así fue, los Broncos supieron del interés de Washington y comenzaron a negociar. Con todo, pese a esto que les cuento, los fanáticos no vieron este cambio con buenos ojos… en un principio.
Inicia la leyenda en Denver
Champ Bailey no tardaría demasiado en ser uno de los jugadores favoritos de la afición. Aquel primer año con los Broncos fue nombrado parte del primer equipo All-Pro. Sus cualidades atléticas, cambios de dirección, lectura de jugadas y capacidad para mantenerse cerca del ofensivo rival siempre ayudaron a que los quarterbacks rivales difícilmente voltearan y arriesgaran a lanzar hacia su cobertura.
Bailey era capaz de anular al mejor receptor del equipo contrario, y aún si se trataba de un tight end, como fue el caso de Tony Gonzalez de Kansas City, no había ningún problema para él.
Muchos de los que presenciamos aquel duelo divisional de la temporada 2005 ante New England lo recordamos por su intercepción a Tom Brady, en la que se quedó cerca de convertirse en puntos para los Broncos. Y es que esa capacidad de robar el balón como si galopara indomablemente entre los rivales era única de Bailey: en 2006 llegó a la marca de las 10 intercepciones, quedándose a cuatro del récord de todos los tiempos.
Bailey terminaba su carrera como Bronco en 2013, consiguiendo ocho viajes al Pro Bowl adicionales a los que consiguió en Washington (¡12 en total!), fue tres veces parte del equipo All-Pro en total parte del equipo ideal de la NFL de la primera década de este milenio.
La huella tras su retiro
Esta carrera llena de logros solo podía tener un destino: Canton, Ohio. En su primer año de elegibilidad para ingresar al Pro Football Hall of Fame, Bailey ingresó como parte de la Clase 2019, veinte años después de comenzar en la NFL. Justo un mes después, fue elegido al Ring of Fame de los Broncos.
Así fue que, a partir de un intercambio que pocos entendimos como aficionados en 2004, Champ Bailey se convirtió en una leyenda en la historia de los Broncos. Y como lo dijo en su discurso de inducción al Anillo de la Fama en Mile High: "Espero haberles causado el mismo entusiasmo hacia el juego, así como ustedes (los fanáticos) me hicieron disfrutarlo".
Ten por seguro que así fue, Champ. Gracias por los recuerdos.