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Denver Broncos | News

Randy Gradishar: de las trincheras defensivas al Hall of Fame

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Si lo pensamos bien, la temporada de 1983 no fue el final, sino el principio de la inmortalidad de una defensivas más representativas de la década anterior, esa que hizo diferencia como linebacker y contribuyó a transformar de la franquicia. Esos años setenta se caracterizaron por defensivas dominantes y jugadores emblemáticos, siendo uno de ellos Randy Gradishar.

Los primeros años que forjaron una carrera

El oriundo de Ohio llegó a la NFL como primera selección de los Broncos en el Draft de 1974. Su liderazgo y entrega mostrados en su carrera colegial con los Buckeyes de Ohio State lo destacaron como uno de los mejores prospectos de aquel año. Los Broncos no lo pensaron dos veces y lo seleccionaron en la posición 14 global para comenzar a formar una de las defensivas más recordadas de la franquicia.

En aquella época, ver un novato de impacto era poco común. Aunque Gradishar tardara un poco en conseguir la titularidad, finalmente lo logró en su año de novato como linebacker central en la defensiva 4-3 que jugaban los Broncos. Durante ese primer año finalizó con tres juegos como líder de la defensiva gracias a su instinto para encontrar al portador del balón, versatilidad para ayudar en el juego aéreo y su capacidad para realizar tackleadas aparentemente complicadas para cualquier otro.

En la siguiente temporada, Randy Gradishar conseguiría nada menos que su primer nombramiento al Pro-Bowl.

El emblemático Número 53

La temporada 1976 marcó un cambio significativo para la franquicia. El coordinador defensivo Joe Collier cambió la formación 4-3 a la 3-4, dando a Gradishar nuevas responsabilidades como linebacker interno. Este cambio impactó positivamente y pavimentó un rumbo distinto para los Broncos. La defensiva llegó a convertirse en una de las mejores de la NFL, ganándose el nombre de Orange Crush.

Denver obtuvo por primera vez una temporada de nueve victorias de los 14 partidos que se jugaban en ese entonces. Gradishar cambió su número 52 por el emblemático 53, con el que hoy es recordado.

Elevándose al primer Super Bowl

Uno de los pilares y grandes razones por las que los Broncos jugaron su primer Super Bowl en 1977 fue una defensiva tan imponente que llegó a tener nombre propio y con Gradishar en un rol estelar. Se le llegó a conocer como "el alma y corazón de la defensiva Orange Crush", y con toda razón.

Aquella temporada, bajo el liderazgo del head coach Red Miller, los Broncos rebasaron por primera vez el doble dígito en victorias –12 ganados y solo dos derrotas– y comenzaron a escribir una historia distinta. Permitieron 14 puntos o menos en 13 de 14 juegos y fueron la defensiva con menos puntos recibidos, con Gradishar en el radar como uno de los mejores jugadores del equipo y de la liga gracias a su intensidad y capacidad para cambiar el rumbo de los juegos.

Terminó esa campaña con otro viaje al Pro Bowl y su primer nombramiento al primer equipo All-Pro. Un año después, fue honrado como el Jugador Defensivo del Año junto con su segundo nombramiento al equipo All-Pro.

Dominio defensivo más allá de estadísticas

Desde 1976 hasta el retiro de Gradishar, los Broncos tuvieron la tercera mejor defensiva en yardas terrestres permitidas, solo detrás de Dallas y Pittsburgh.

Para darle su justa dimensión, hay que recordar que algunas estadísticas defensivas no se registraban en esa época, como las tackleadas y las capturas al pasador. Los expertos dicen que Gradishar conseguía al menos 200 tackleadas en promedio por temporada. Fue un jugador muy productivo y capaz de estar presente en cualquier parte del terreno de juego.

El inicio de otra etapa: hacia la inmortalidad

Ya decíamos que 1983 fue la última temporada de Randy Gradishar. Y lo hizo a lo grande, despidiéndose de Broncos Country con siete nominaciones al Pro Bowl, dos veces en el equipo All-Pro y nombrado Defensivo del Año en 1978.

Lo mejor de todo es que los fanáticos en Denver no nos quedamos desamparados, con todo y que parecía imposible igualar ese impacto y que surgiera un líder tras su retiro. Parecía como si el plan estuviera hecho para entregarle la estafeta de líder de la franquicia al novato quarterback John Elway. El resto es historia.

Fuera del terreno de juego, pasaron los años y fue larga la espera para verlo certificado como un inmortal del football profesional en Canton, Ohio. Ahora, este Olimpo se encargará de que muchos fanáticos conozcan la historia de una leyenda de la NFL, que ayudó no solo a liderar una de las mejores defensivas de la historia, sino a cambiar el rumbo de una franquicia que hace 50 años se puso de lleno en el radar en y hoy celebra a sus jugadores históricos.

¡Bienvenido a la Clase 2024 del Pro Football Hall of Fame, Randy!

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