Pocos quarterbacks han sido capaces de transformar franquicias, menos en el ocaso de su carrera y, muchísimo menos aún, viniendo de una crítica lesión en el cuello que afectaba la fuerza de su brazo para lanzar. Pues este fue el caso de uno de los mejores jugadores en la posición en la historia de la NFL, porque Peyton Manning, una buena mañana de marzo de 2012, tomó su teléfono para informar a todas las franquicias interesadas en sus servicios que jugaría para los Denver Broncos.

Tanto John Elway, Vicepresidente Ejecutivo de Operaciones de Football, como John Fox, head coach en aquel entonces, recibieron la llamada con la noticia que impactó no solo a la organización, sino también a la NFL. Manning continuaría su carrera en la Conferencia Americana en un equipo no considerado favorito para hacerse de sus servicios.

¿Pero cómo llegamos a este momento?

Peyton Manning como rival

Antes que todos en Broncos Country conociéramos el amor hacia Peyton Manning, tuvimos que experimenta el dolor de tenerlo como rival. Comenzó su carrera en Indianapolis en 1998 y se ganó la fama como de los mejores en su posición. La primera ocasión que enfrentó a los Broncos fue en el último juego de la temporada 2001 en Indianapolis, justo cuando se buscaba terminar con una temporada ganadora. Entonces, Manning se encargó de ganar ese duelo pese a que su equipo ya no aspiraba a nada.

No fue fácil la tarea de enfrentar al equipo liderado por Manning, y los enfentamientos contra él terminaron con récord de 2-6 en temporada regular y 0-2 en playoffs. Ambas victorias de los Broncos fueron contundentes y muy festejadas, nada cerrado el marcador, pero él tenía la fórmula para jugar ante Denver y todos los fanáticos lo sabían.

Manning, el agente libre

Ya con un título de la NFL en dos viajes al Super Bowl, parecía que la carrera del mayor de los hermanos Manning concluiría en Indianapolis. Sin embargo, una lesión de cuello sufrida en 2006 ante Washington se fue agravando con el tiempo. Requirió de tres cirugías para intentar reparar el daño, sin la certeza de regresar a su nivel acostumbrado debido a la limitación en la fuerza de su brazo que le provocaba el pellizco de nervio. 

Después de perderse la temporada 2011 por este problema, su equipo decidió tomar un rumbo distinto. Sin Manning, terminaron con la primera selección del Draft 2012 y se les abrió la oportunidad de seleccionar a Andrew Luck, uno de los mejores talentos en años en la posición de quarterback, elogios que, por cierto, también recibió John Elway en su época como prospecto. Así, Manning se convirtió automáticamente en el agente libre más buscado en la NFL en aquella temporada baja.

Los Broncos buscaban un cambio de dirección

Entre las primeras decisiones de Elway en su puesto directivo, llevó a John Fox como head coach para tomar un rumbo distinto y regresar a los primeros lugares de la liga. Pese a que en 2011 se alcanzaron los playoffs, la forma de perder en New England señalaba que aún les faltaba mejorar la unidad ofensiva.

Esto le jugaba en contra a los Broncos para atraer a Manning. Por ejemplo, uno de los equipos favoritos para convertirse en la siguiente franquicia de Manning eran los San Francisco 49ers, quienes contaban con una sólida defensiva y talento ofensivo que, sumados a la experiencia de un futuro miembro del Salón de la Fama, hacían fácil imaginarlos ganadores de la siguiente edición del Super Bowl. 

Otros equipos que entraron en la carrera por firmarlo fueron Cardinals, Dolphins y Titans, siendo estos últimos los siguientes favoritos, pues Manning tenía lazos con su ciudad por haber jugado en la Universidad de Tennessee.

Después de varias visitas y entrevistas con los interesados en él, llegó el momento de tomar la decisión el 20 de marzo de 2012. Y para muchos fue inesperada, porque los Broncos fueron el equipo que más le convenció, pese a su etiqueta de no favoritos y a que muchos analistas los veían lejos de alcanzar un título de Super Bowl. El tiempo y Peyton Manning les demostrarían el error.

Peyton Manning finalmente de naranja

Las dudas alrededor del estado de salud de Manning eran muchas, pero supo disiparlas con liderazgo, experiencia y control total de su ofensiva. Los Broncos se habían convertido en un equipo contendiente gracias a su manera de transformar la ofensiva.

En los cuatro años que jugó en Denver, los Broncos no ganaron menos de doce juegos por temporada. La ofensiva rebasó los 480 puntos de 2012 a 2014, siendo 2013 la temporada de récords, incluso para Manning, quien rompió la marca de más pases para anotación en una temporada con 55. Esa temporada dos de sus receptores rebasaron las 1 000 yardas, cuatro tuvieron al menos 10 recepciones de anotación y los Broncos regresarían esa campaña al Super Bowl, aunque no se ganó.

Al año siguiente, el equipo volvió a tomar una decisión drástica al cambiar de entrenador tras su eliminación en los playoffs. Elway sabía que Manning no tenía mucho tiempo para pensar en una reconstrucción, por lo que recurrió a un viejo conocido: Gary Kubiak como nuevo head coach. 

2015 fue el año de mayores retos para Manning. Su brazo no lucía con la misma potencia ni fuerza, y además se ausentó de algunos juegos por lesión. La defensiva, entonces, alzó la mano, y de gran forma, cuando la ofensiva no estaba siendo capaz de producir puntos como en previos años.

En el último partido de aquella temporada, el primer lugar de la AFC estaba en riesgo ante los San Diego Chargers, y una derrota significaba salir de Mile High para la final de Conferencia. Manning era un espectador al inicio del juego, viendo cómo se complicaban las cosas. Sin embargo, cuando se le llamó al terreno de juego, la historia cambió y aseguraron la localía en los playoffs.

Después de cerradas victorias ante Steelers y Patriots, los Broncos regresaban después de dos años al Super Bowl. Manning tenía la oportunidad de obtener el segundo título en su carrera, y así fue tras derrotar a Carolina. Muchos presintieron que este será el último juego de Manning en la NFL y justamente así fue. Una vez más, los Broncos vieron la despedida de uno de sus ídolos en el juego más grande, y levantando el trofeo Vince Lombardi. 

Esa corta e intensa etapa Manning en nuestro equipo nos dio grandes momentos que hoy seguimos recordando. Como bien es sabido: una vez Bronco, siempre Bronco. Así le pasó a este histórico quarterback, y desde que decidió ser parte de Denver, esta ciudad y los Broncos han seguido siendo parte de él. Gracias por los recuerdos y por popularizar el conteo de voz de "Omaha", querido Peyton.